Ciclón

Amó por diez años y dejo de amar por tres.
Como un ciclón o una lluvia tropical,
la fase amorosa mojo sus huesos y rincones.

La humedad dolorosa forzó que limpiara todo
por dentro tanto como afuera con cuidado.

No encontró bichos ni hongos, pero si halló una
nueva necesidad de mantener la lluvia afuera
para no arriesgar el orden de sus huesos limpios.

Amó por diez años y dejo de amar por tres,
y con ese tiempo, aprendió que lo importante
de estar enamorada, es mantener balance y perspectiva.

Cuando finalmente secó todos sus rincones,
la lluvia dejó de caer y el sol salió a brindar con ella.

La luz, con su energía de movimiento, le ayudo
a ver el mapa de su vida, y con sus convicciones bacías de agua,
empezó a caminar con dirección y propósito.