26 November, 2010

Oaxaca

El Mercado de Oaxaca
reminds me of my Christmas wife.
Breakfast there was champion-
Rich, Aztec-chocolate, circled bread.

Caminamos por horas,
no sabiendo en donde comer.
El sabor del mole nos hizo
entender la historia del pueblo.

Fake italian cafes pained us and
made us wiser, through repetitions.
Dental hygiene parades chased us back
from urine-filled bus stations.

La última noche pasamos por
la última plaza, noche buenas abrazándonos.
El nacimiento se hacía grandote y
se hacía chiquito.

All of the embroidery in the world
was made to appear as though it was
made with magic string
and hypoglycemic color.

Sin la memoria,
los recuerdos pierden su nota.
Su sabor camia, pero Oaxaca
vive más allá de ese lugar.